Es un relleno de ácido hialurónico reticulado de dos pesos moleculares intercalado con ácido hialurónico libre, con la más novedosa tecnología.

Mediante su proceso de reticulación de larga duración se permite controlar haciéndolos más seguros que el resto de rellenos del mercado. No solo rellena, sino que rejuvenece al fibroblasto senescente, produciendo una liberación de factores de crecimiento y estimulando la síntesis de colágeno y elastina desde el interior.

El ácido hialurónico, se trata de un material reabsorbible.

Es el más empleado siendo su uso muy extenso ya que se aplica prácticamente a todas las zonas del rostro.

Se emplea para corregir el surco naso geniano (el pliegue entre el labio superior y la nariz), arrugas peribucales, para el perfil del labio y aumento del mismo y para las patas de gallo o arrugas finas de la cara, por ejemplo, en la zona de las mejillas.

También es frecuente para dar volumen a los pómulos y a zonas pequeñas de atrofia de la cara.

De forma adicional “si la piel se encuentra muy envejecida, el relleno puede completarse con otros tratamientos como la mesoterapia y vitaminas con el objeto de rejuvenecer la piel.

Las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, así como personas con el sistema inmunitario deficiente no pueden someterse a esta clase de intervenciones. Determinados medicamentos o alergias pueden constituir también un riesgo en este tipo de tratamientos estéticos.

Pueden surgir hematomas, enrojecimiento local o edemas post inflamatorios, en 24/48 horas, si no hay complicaciones se solucionan. “La reacción más perjudicial son los granulomas que aparecen meses o años después de la intervención”.

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